La aventura de Pumas en el Play-In terminó de la peor manera. El equipo dirigido por Efraín Juárez cayó 3-1 frente a Pachuca y firmó una noche para el olvido, incapaz de responder al apoyo de su afición, que una vez más llenó las gradas con la esperanza de ver a su equipo avanzar.
La eliminación deja a los universitarios fuera de toda posibilidad de Liguilla y con muchas dudas rumbo al próximo torneo. En contraste, Pachuca se ganó una segunda oportunidad para buscar su boleto entre los ocho mejores gracias a un desempeño ordenado, intenso y contundente en el estadio Hidalgo.
Desde la primera mitad, el cuadro hidalguense tomó el control del partido con dos auténticos golazos. Al minuto 32, Enner Valencia abrió el marcador con un disparo imposible para Keylor Navas. Apenas siete minutos después, Kenedy amplió la ventaja con un derechazo espectacular, dejando sin reacción al arquero costarricense y apagando por completo el ambiente auriazul en el Huracán.
Pumas lucía desconectado, sin ideas y con una ofensiva incapaz de generar peligro. Aunque la desventaja aún parecía remontable, las esperanzas se desplomaron al minuto 54, cuando Kenedy firmó su doblete después de un error en la salida de Rubén Duarte. Una combinación rápida con Oussama Idrissi terminó en un disparo cruzado que volvió a vencer a Navas.
Con el 3-0 en contra, los universitarios necesitaban tres goles para forzar una tanda de penales. Pedro Vite logró descontar al 64’, pero el impulso no alcanzó siquiera para meterlos de vuelta en el partido. El cierre fue mero trámite, con un Pumas sin respuestas y cambios que no hicieron diferencia.
El conjunto auriazul se marcha una vez más envuelto en frustración. La afición expresó su molestia ante otro torneo sin cumplir objetivos, mientras el proyecto de Efraín Juárez queda en una situación delicada. Pumas no solo fracasó en su intento por avanzar, sino que quedó más lejos que en la campaña anterior de meterse entre los ocho contendientes.
