Tras la cancelación del MMO de El Señor de los Anillos, el cierre de New World y el despido de más de 14 mil empleados, Amazon enfrenta una de las semanas más difíciles de su historia reciente en la industria de los videojuegos.
Los acontecimientos marcan el fin de una estrategia de más de 15 años con la que el gigante tecnológico intentó competir contra plataformas consolidadas como Steam, de Valve, y hacerse un lugar en el mercado global del entretenimiento digital.
El exvicepresidente de Prime Gaming, Ethan Evans, reveló a inicios de este año en su cuenta de LinkedIn que Amazon trató sin éxito de desafiar a Steam.
“Éramos al menos 250 veces más grandes y lo intentamos todo. Al final, Goliat perdió”, reconoció Evans.
Según el exejecutivo, Amazon apostó por la adquisición de estudios y servicios —como Reflexive Entertainment y Twitch—, con la idea de conectar a los millones de usuarios de su plataforma de streaming con su propia tienda de juegos para PC. Sin embargo, el plan fracasó.
Evans explicó que el error principal fue subestimar lo que realmente ofrecía Steam:
“Era una tienda, una red social, una biblioteca y una vitrina de trofeos, todo en uno. En Amazon asumimos que el tamaño y la visibilidad bastarían, pero subestimamos el poder de los hábitos de los jugadores”.
Un historial de tropiezos
Desde 2016, Amazon Games intentó consolidarse en el sector con tres grandes proyectos: Breakaway, Crucible y New World. Los dos primeros fueron cancelados tras críticas negativas, y solo New World logró un lanzamiento exitoso en 2021, alcanzando más de 900 mil jugadores simultáneos en Steam.
Pese a ese pico de éxito, el título perdió tracción con el tiempo. Esta semana, la compañía anunció que dejará de producir nuevo contenido para el MMORPG, aunque los servidores seguirán activos hasta 2026.
A la par, Amazon confirmó la cancelación del MMO de El Señor de los Anillos, su proyecto más ambicioso, y un recorte de personal masivo que afectó directamente a la división de videojuegos.
El fin de la ambición AAA
Con estos movimientos, Amazon se aleja de las grandes producciones y planea enfocar sus esfuerzos en tecnologías basadas en inteligencia artificial.
El sueño de convertirse en un competidor directo de Valve se desvanece, dejando una lección clara: el tamaño corporativo no garantiza éxito en una industria movida por la pasión, la comunidad y la experiencia del jugador.
