Una nueva generación de sticks analógicos con tecnología Tunnel Magnetoresistance (TMR) promete revolucionar los mandos de videojuegos al ofrecer mayor precisión, durabilidad y eficiencia energética. Mientras marcas como 8BitDo y GuliKit ya los integran en sus controladores, PlayStation, Xbox y Nintendo se mantienen al margen, lo que ha despertado dudas sobre si están quedando atrás en innovación.
Durante más de dos décadas, los potenciómetros dominaron el mercado, pero su desgaste provocó el conocido problema del stick drift. Posteriormente surgieron los sticks magnéticos de efecto Hall, que eliminaron la fricción entre piezas, aunque con el riesgo de interferencias externas que afectaban la precisión.
La tecnología TMR combina las ventajas de ambos sistemas: mide el flujo eléctrico entre capas magnéticas, lo que mejora la sensibilidad del movimiento y reduce el desgaste. Además, consume menos energía y puede integrarse fácilmente en distintos tipos de controladores.
El periodista especializado Chris Werian destacó que los sticks TMR son “más precisos, más eficientes y con una durabilidad superior”, aunque su producción sigue siendo limitada y su costo es hasta tres veces mayor que el de los modelos convencionales.
Fabricantes como 8BitDo y GuliKit encabezan la adopción de esta tecnología, con mandos que ya se posicionan como alternativas premium frente a los controladores oficiales de consolas. Sin embargo, Sony, Microsoft y Nintendo no han emitido comentarios ni anunciado planes para integrarla.
Expertos consideran que la resistencia de las grandes compañías podría tener una razón económica: el reemplazo frecuente de mandos por fallas de drift genera ingresos constantes, mientras que los TMR reducirían esas ventas.
Por ahora, la innovación avanza desde las marcas independientes, pero si los costos de producción bajan, los sticks TMR podrían marcar un nuevo estándar en la industria y obligar a los gigantes del gaming a replantear su modelo de negocio.
