
Redacción
Chris Bumstead, seis veces campeón del Mr. Olympia (división Classic Physique), compartió en el Ultimate Human Podcast una perspectiva poco habitual sobre los desafíos físicos y mentales del culturismo profesional, así como la importancia de la salud y el equilibrio personal en una disciplina marcada por la exigencia extrema.
Su testimonio, recogido por el biólogo Gary Brecka, reveló cómo una enfermedad autoinmune renal a los 22 años estuvo a punto de frustrar su carrera y lo llevó a replantear su enfoque hacia el rendimiento y la longevidad.
Bumstead, conocido en el mundo del culturismo como CBUM, alcanzó la cima de su disciplina durante más de media década. Sin embargo, su trayectoria no estuvo exenta de obstáculos. En 2018, mientras se preparaba para el Olympia, sufrió una inflamación severa y edema en las piernas que lo llevó al hospital.
“Fue uno de los momentos más grandes de sentirme impotente, completamente fuera de control”, relató en el Ultimate Human Podcast. Los médicos le diagnosticaron una enfermedad autoinmune que afectaba sus riñones, lo que supuso un punto de inflexión en su vida y carrera.
A partir de ese episodio, adoptó una perspectiva más integral sobre la salud. Reconoció que el culturismo profesional implica riesgos importantes, especialmente por el uso de esteroides anabólicos y la presión constante por alcanzar el máximo rendimiento.
“El culturismo no es un deporte saludable. Hay mucho que le exiges a tu cuerpo”, afirmó. La experiencia lo llevó a establecer límites claros sobre los riesgos que estaba dispuesto a asumir, reduciendo la cantidad y el tipo de compuestos que utilizaba y priorizando la recuperación y el bienestar general.
Péptidos, suplementos y protocolos de recuperación
En el podcast, el culturista detalló cómo los péptidos, en particular el BPC-157, el TB-500 y el Thymosin Alpha-1, se convirtieron en herramientas clave para su recuperación tras lesiones y para el manejo de la inflamación. “Los péptidos como BPC-157 y TB-500 fueron como un atajo para mi recuperación”, explicó.
Estos compuestos tienen funciones específicas: el BPC-157 favorece la cicatrización de músculos, tendones y ligamentos; el TB-500 ayuda a regenerar tejidos y mejorar la movilidad articular; y el Thymosin Alpha-1 refuerza el sistema inmunológico y modula la inflamación.
En el ámbito del culturismo, ya se consideran tan habituales como los multivitamínicos, y en su caso le permitieron acelerar la curación de lesiones y mantener bajo control los efectos de su enfermedad autoinmune.
Además, recurrió a protocolos de suplementación básicos, priorizando la proteína de suero, la creatina, multivitamínicos, glutamina para la salud intestinal, resveratrol, cúrcuma, bergamota para el colesterol y electrolitos. “A veces hay que volver a lo básico: entrenar duro, comer bien y hacerlo de forma constante”, resumió.