
Redacción
Armand «Mondo» Duplantis y Usain Bolt han sido utilizados como referencia para responder a una pregunta fascinante: ¿cuál es la altura máxima que puede superar un ser humano con la ayuda de una pértiga? La ciencia combina la velocidad del jamaicano con la técnica del sueco para delimitar un techo teórico cercano al límite humano.
Durante los Campeonatos del Mundial de Atletismo de 2025 que se están celebrando en Tokio, Japón, Duplantis logró saltar 6,30 metros, estableciendo un nuevo récord mundial. Ese salto, que parece casi natural en su ejecución, responde en realidad a un complejo proceso físico: la conversión de la energía de la carrera en energía elástica acumulada en la pértiga y, finalmente, en altura. Cada movimiento, desde el despegue hasta el arqueo del cuerpo, está optimizado para ganar centímetros.
El sueco llega a correr a 10,2 metros por segundo en el momento del despegue sosteniendo la pértiga. Según diversos artículos científicos, la fórmula a aplicar en este caso es h = v² / 2g, según la cual esa velocidad equivaldría a un salto teórico cercano a los 5 metros. Sin embargo, su habilidad para curvar el cuerpo desplaza el centro de masa y añade centímetros cruciales al resultado.
El papel de la tecnología
La tecnología también juega su papel para ganar centímetros extra, como explican en BBC News. Muchos seguidores se percataron de que Duplantis llevaba puestas unas zapatillas especiales, las cuales también son utilizadas por Karsten Warholm, tres veces campeón del mundo de 400 metros listos.
Su diseñador, Romain Girard, asegura que ese calzado actúa como “una garra” que permite a Duplantis ganar velocidad más rápido y alcanzar alturas superiores. Eso sí, no las usa en todo momento, puesto que le han generado cortes en los brazos en eventos anteriores. “Las usaría siempre, pero a veces me lastimo las manos en la parte de inversión del salto. Si alguna vez me veis con sangre, es por eso”, declaró al respecto.
El escenario con la velocidad de Bolt
En National Geographic hicieron el experimento de mezclar la velocidad máxima alcanzada por Bolt (12,2 metros por segundo durante su récord mundial, aunque la media fue de 10,44) con la técnica de Duplantis. En ese caso, la altura máxima teórica se situaría en torno a los 8,8 metros. No obstante, mantener esa velocidad mientras se transporta una pértiga resulta imposible por cuestiones obvias, lo que sitúa este cálculo en un plano meramente especulativo.
Teniendo en cuenta el peso de la pértiga y el impacto que supone en la velocidad máxima posible de un atleta (marcado por el récord de Bolt, recordemos), parece imposible superar los 10,5 metros por segundo en el momento del despegue. Ese umbral, unido a la exquisita técnica de Duplantis, da como resultado 6,80 metros. Una vez más, de forma teórica.
Ese máximo teórico se vería reducido por ciertos factores inevitables. Es el caso, por ejemplo, del rozamiento, la fatiga del saltador y las imprecisiones técnicas. Algo que arroja una horquilla de entre 6,45 y 6,50 metros, como concluyó un estudio culminado en 2012. Es ahí donde se cree que está el límite humano, que solo podría excederse mediante innovaciones tecnológicas.