
Redacción
Una casa construida de adobe con más de 150 años de historia, ubicada en uno de los Barrios Históricos de Acapulco, está a punto de ser demolida para dar paso a la construcción de una tienda de conveniencia.
Los barrios tradicionales del puerto aún conservan viviendas que han resistido el paso de huracanes y sismos, a diferencia de muchas construcciones modernas de la zona Diamante, que han sufrido daños importantes. Sin embargo, estas edificaciones antiguas forman parte del patrimonio cultural e histórico de la ciudad.
El promotor cultural Luis Arturo Aguirre denunció que la vivienda, ubicada en la avenida Lerdo de Tejada y calle A. Ramírez, en la colonia Centro, tiene una antigüedad de aproximadamente 150 años.
De acuerdo con una publicación en su cuenta de Facebook, acompañada de imágenes del inmueble, Aguirre afirmó que en los Barrios Históricos aún se conservan testimonios del pasado, cuando las primeras construcciones se realizaban con adobe y teja.
“En los Barrios Históricos de Acapulco aún quedan testimonios del pasado. En las imágenes, una casa de adobe con más de 150 años, pronto será destruida para dar paso a la construcción de una tienda de conveniencia. Estamos progresando, mi gente”, escribió con tono irónico, expresando su preocupación por la pérdida de identidad cultural y arquitectónica en la ciudad.
La vivienda construida con materiales tradicionales, representa una muestra de la arquitectura popular del Acapulco de antaño, que aún sobrevive en algunas colonias históricas. Sin embargo, la presión del desarrollo comercial y la falta de políticas públicas de conservación amenazan con borrar lo poco que queda del patrimonio tangible de la ciudad.
Vecinos de la zona y colectivos culturales han comenzado a manifestar su inconformidad, haciendo un llamado a las autoridades municipales y estatales para detener la demolición y considerar alternativas que permitan preservar este tipo de edificaciones.
Hasta el momento no se ha emitido un posicionamiento oficial por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ni de la Dirección de Patrimonio Cultural del municipio, organismos que podrían intervenir si se tratara de un bien con valor histórico.
Este hecho se suma a una serie de transformaciones urbanas que han modificado el paisaje tradicional de Acapulco, poniendo en riesgo la memoria histórica de sus barrios fundacionales.