
Después de años de desilusiones y quedarse cerca de la gloria, los aficionados del Thunder de Oklahoma City finalmente vivieron el desfile que tanto habían esperado, festejando el histórico campeonato de la NBA conseguido este fin de semana.
El equipo se coronó campeón tras vencer a los Pacers de Indiana, y el martes, miles de fanáticos abarrotaron las calles del centro de la ciudad para rendir homenaje a sus héroes. Ni el calor sofocante, con temperaturas de más de 30 grados, detuvo la euforia colectiva.
Shai Gilgeous-Alexander, quien se llevó el MVP de las Finales, desfiló junto a sus compañeros mientras saludaban a una multitud vestida de azul y naranja. Para muchos, como Jalen Ross, un seguidor de 19 años, la celebración fue el cierre de un ciclo lleno de altibajos. «Desde que usaba mi camiseta de KD todos los días, hasta llorar cuando se fue y tener el Fathead de Westbrook en la sala durante los playoffs… pensar que hoy celebramos un título es simplemente una locura», expresó con emoción.
El recorrido terminó en el Scissortail Park, donde el alcalde David Holt proclamó un día festivo en honor al propietario del equipo, Clay Bennett, al gerente general Sam Presti, al entrenador Mark Daigneault y a cada uno de los jugadores. Los aplausos estallaron con cada nombre anunciado.
Para los aficionados, esta victoria representa más que un campeonato. «Este equipo nos pone a todos en sus hombros, representan lo que somos en Oklahoma: resilientes y apasionados», comentó Chris Willert, originario de Norman.
La historia del Thunder en Oklahoma inició en 2005, cuando la ciudad acogió temporalmente a los Hornets de Nueva Orleans tras el huracán Katrina. El entusiasmo local por el baloncesto se consolidó en 2008, cuando los SuperSonics de Seattle se mudaron definitivamente y nacía el Thunder.
A pesar de contar con figuras como Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden, el título se les negó por años. El equipo perdió las Finales en 2012 ante el Miami Heat, vivió la partida de Harden a Houston, y vio desmoronarse su sueño en 2016 cuando, pese a tener ventaja de 3-1, cayeron ante los Warriors. Después, Durant se marchó precisamente a Golden State y la reconstrucción fue inevitable.
Hoy, con un plantel renovado, el Thunder alzó el trofeo y escribió una nueva página para la ciudad. «Se siente como si todos ganáramos algo más grande que un campeonato. Este equipo refleja lo que cada familia y comunidad desea ser: fuerte, unida y apasionada», afirmó Daniel Sweet, aficionado de toda la vida.
Después de tanta espera, Oklahoma City finalmente tiene su momento en la cima del baloncesto.