
El mercado de hardware para videojuegos en PC está atravesando un cambio significativo en las preferencias de los consumidores. Pese a que algunos fabricantes continúan lanzando modelos con 8GB de memoria de video, los jugadores parecen estar enviando un mensaje claro: ya no es suficiente. Cada vez más, la comunidad gaming considera que 16GB es el nuevo estándar mínimo aceptable para una tarjeta gráfica.
Un reciente informe publicado por el minorista alemán Mindfactory revela una tendencia contundente. Según los datos de ventas recopilados en los últimos meses, los modelos de GPUs con 16GB de VRAM están superando ampliamente en popularidad a las versiones con 8GB, incluso si esto implica un gasto mayor. Esta preferencia no solo se refleja en las cifras, sino también en foros, redes sociales y comunidades especializadas, donde los usuarios expresan su descontento con las limitaciones de memoria que afectan el rendimiento en juegos actuales.
La evolución de los videojuegos, con texturas más detalladas, mundos abiertos más grandes y resoluciones cada vez más altas, ha elevado las exigencias mínimas para una experiencia fluida. Títulos recientes como Hogwarts Legacy, The Last of Us Part I o Alan Wake 2 han demostrado que 8GB ya no bastan para mantener una tasa de cuadros estable sin comprometer la calidad gráfica, especialmente en resoluciones de 1440p o 4K.
A pesar de esto, algunas marcas siguen defendiendo la viabilidad de los modelos con menos memoria, argumentando que aún existen jugadores con presupuestos ajustados o que no buscan jugar en configuraciones altas. Sin embargo, los números empiezan a contradecir esa narrativa. En el catálogo de Mindfactory, por ejemplo, modelos como la AMD Radeon RX 7800 XT (16GB) o la NVIDIA RTX 4070 (12-16GB según versión) lideran las ventas, desplazando opciones más económicas de 8GB como la RTX 4060 o la RX 7600.
El mensaje del mercado es claro: la comunidad quiere tarjetas gráficas que no se vuelvan obsoletas en dos años. En un contexto donde los juegos demandan cada vez más recursos y el precio de los componentes sigue siendo alto, los consumidores prefieren hacer una inversión ligeramente mayor que les garantice una experiencia más duradera y satisfactoria.
El estándar ha cambiado, y todo indica que las GPUs con menos de 12 o 16GB podrían quedar relegadas a un segundo plano más rápido de lo que muchos esperaban.