
Los Pacers de Indiana ya están de vuelta en casa para el tercer partido de las Finales de la NBA, después de haber dividido victorias con el Thunder en los dos primeros encuentros disputados en Oklahoma City.
El regreso a Indianápolis tiene un significado especial para los Pacers, quienes no habían llegado a esta instancia en un cuarto de siglo. Además, saben que este tercer duelo, programado para el miércoles, será clave para mantener la ventaja de localía que lograron al ganar el primer partido.
“Tenemos que mejorar mucho para el miércoles”, reconoció el entrenador Rick Carlisle. Y no es una exageración: en estas Finales, ningún jugador de Indiana ha logrado al menos 20 puntos en un juego, y el equipo ha liderado el marcador apenas un poco menos del 2% del tiempo en la serie. En el segundo encuentro, el Thunder mantuvo a los Pacers sin anotar en la pintura durante todo el primer cuarto, algo que no les había sucedido en más de nueve años.
“El tema es que tenemos que penetrar más hacia la pintura. Nuestra ofensiva se basa en eso, y debemos ser mejores para avanzar”, declaró el guardia Tyrese Haliburton.
Aunque el Thunder es reconocido por su defensa, especialmente por limitar los puntos en la pintura (fue el equipo que menos permitió en la temporada regular), ha sido un factor clave en esta serie, forzando a Indiana a depender más de los tiros de tres puntos y dificultando su juego interior.
Uno de los encargados de marcar a Haliburton ha sido Luguentz Dort, quien destacó la importancia de mantenerse firme frente al joven jugador de los Pacers: “Mi objetivo es complicarle la vida. Es un gran jugador que puede hacer tiros difíciles y tomar buenas decisiones, así que debo estar atento”.
Los números lo dicen todo: los Pacers promedian 46 puntos en la pintura en sus 13 victorias de estos playoffs, pero solo 36 puntos en sus cinco derrotas, mostrando que dominar esa área será clave para el éxito.