
Después de varias temporadas marcadas por la incertidumbre y el constante ir y venir entre ligas menores y el primer equipo, Jonathan Aranda finalmente está disfrutando la etapa más sólida y satisfactoria de su trayectoria en las Grandes Ligas. El pelotero mexicano, originario de Tijuana, ha demostrado que la constancia y la fortaleza mental pueden rendir frutos cuando se combinan con talento y disciplina.
Desde que debutó en 2022 con los Rays de Tampa Bay, Aranda tuvo que lidiar con una realidad que muchos jugadores conocen bien: la falta de continuidad. Sin embargo, este 2025 se ha convertido en un punto de inflexión para el bateador zurdo, quien no solo ha establecido una nueva marca personal en juegos disputados en MLB, sino que se ha convertido en un elemento clave para su equipo.
“Todo se lo atribuyo al hecho de estar jugando todos los días”, afirmó el beisbolista de 27 años. “Eso me permite mantener el enfoque, hacer ajustes constantes y seguir mejorando jornada tras jornada”.
Actualmente, Aranda es una pieza fundamental en el esquema del manager Kevin Cash, desempeñándose en la primera base, una posición que ha sabido hacer suya tras dejar la intermedia. Su adaptación ha sido tan exitosa que lidera a los jugadores de su posición en la Liga Americana con un destacado promedio de bateo de .326.
El camino no ha sido fácil. El mexicano recuerda con claridad los momentos difíciles, en los que regresaba una y otra vez a las ligas menores con los Bulls de Durham. “No voy a negar que hubo momentos en los que eso me afectó emocionalmente”, confesó. Sin embargo, la perseverancia le permitió mantenerse firme hasta encontrar la estabilidad que hoy lo coloca como uno de los peloteros más confiables en su equipo.
La historia de Jonathan Aranda es, en esencia, un ejemplo de superación y compromiso, y hoy vive su recompensa en el diamante de las Grandes Ligas.