
Redacción
La mayoría de los 22 cardenales que representarán a América Latina en el cónclave que comenzará el 7 de mayo son partidarios de que el próximo pontífice continúe el legado del papa Francisco, aunque muestran un enfoque diverso sobre “las velocidades” de llevarlo a cabo.
Entre los cardenales de América Latina no habrá un ‘giro anti-Francisco’, pero sobre las velocidades en las cuales se continúe caminando en la Iglesia sí puede haber distintas concepciones”, explica a EFE José Carlos Camaño, porfesor de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
Latinoamérica contará en la Capilla Sixtina con los votos de 12 países: uno de Norteamérica (México, con 2 electores), 3 de Centroamérica y Caribe (Cuba, Guatemala y Nicaragua, con uno cada uno) y 17 de Sudamérica (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay).
Por naciones, Brasil es el país con mayor número de electores (7), seguido por Argentina con 4, mientras que por México votarán dos, y uno por Cuba, Guatemala, Nicaragua, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
La agenda de Francisco
La mayoría de los cardenales que van a votar en el cónclave por América Latina han sido nombrados por Francisco” y “han acompañado su agenda en el compromiso con los más desvalidos, en el ecológico y en su forma de comprender la Iglesia como una casa con puertas abiertas a todos”, explica el teólogo argentino.
Solo tres de los cardenales latinoamericanos, que en conjunto representan el 17 por ciento del total de electores, fueron creados por el papa Benedicto XVI (los brasileños Joao Braz de Aviz y Odilo Pedro Scherer y el mexicano Francisco Robles Ortega), mientras que los 19 restantes lo fueron por el pontífice argentino.
Se trata del mexicano Carlos Aguiar Retes, los brasileños Paulo Cezar Costa, Sérgio da Rocha, Jaime Spengler, Leonardo Ulrich Steiner y Orani João Tempest y los argentinos Vicente Bokalic Iglić, Víctor Manuel Fernández, Mario Aurelio Polil y Ángel Sixto Rossi.
Además del cubano Juan de la Caridad García Rodríguez, el paraguayo Adalberto Martínez Flores, el peruano Carlos Gustavo Castillo, guatemalteco Leonel Ramazzini Imeri, el colombiano Luis José Rueda Aparicio, el uruguayo Daniel Fernando Sturla, el nicaraguense Leopoldo Jose, Brenes, el chileno Fernando Natalio Chomali, el ecuatoriano Luis Gerardo Cabrera.
No creo que entre los cardenales de América Latina haya un ‘giro anti-Francisco”, aunque “algunos pueden querer seguir su rumbo con un poco más de velocidad, pero también hay quienes piensan que se tiene que seguir caminando, pero con más cuidado, con más diplomacia, evitando choques”, explica Caamaño.
En ese sentido, hay países como Argentina, donde “la agenda de Francisco está muy consolidada entre sus cardenales” con “una vocación de continuar a la velocidad que él imprimió a las cosas”, mientras que otras “comunidades eclesiales son más complejas”.
El teólogo argentino cita el caso de Brasil, donde no se puede afirmar que “la visión que hay sobre la velocidad que se deba imprimir a estas reformas sea uniforme” y “tienen además el bloque amazónico, que está en un profundo momento de transformación y no todos los cardenales brasileños tienen exactamente la misma mirada”.
Algo “parecido” pasa con México, cuyos dos cardenales electores “no tienen exactamente la misma posición”, pero en cualquier caso “el consenso de los latinoamericanos puede ayudar a consolidar las inspiraciones legadas por Francisco”.