
Dalma Maradona, hija mayor del legendario Diego Maradona, ofreció un duro testimonio durante el juicio contra los siete profesionales de la salud acusados por la muerte del exfutbolista. Conmovida, describió como deplorables las condiciones de la casa en la que su padre falleció el 25 de noviembre de 2020, en medio de una internación domiciliaria tras una cirugía por un hematoma subdural.
Durante su declaración, Dalma calificó la vivienda como “un asco” y afirmó que “olía a pis”. Describió una cama en pésimo estado, un inodoro portátil y un ambiente lúgubre, sin luz natural, aludiendo a que las ventanas estaban cubiertas. Aseguró que el lugar carecía del equipamiento mínimo necesario para una recuperación adecuada y fue contundente al afirmar que “de ninguna manera” recomendaría ese sitio para una internación domiciliaria.
Además, sostuvo que tanto ella como sus hermanos fueron engañados por los médicos que atendían a Maradona. Según relató, los profesionales —entre ellos el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz— les aseguraron que la única opción viable era continuar con el tratamiento en casa, debido a que Maradona se oponía a seguir internado en un hospital. Les prometieron una atención médica completa: enfermería las 24 horas, control de signos vitales, suministro de medicamentos, acompañamiento terapéutico y hasta una ambulancia de guardia permanente, condiciones que, asegura, nunca se cumplieron.
Los siete profesionales están siendo juzgados por el delito de homicidio simple con dolo eventual, una figura legal que implica que los acusados eran conscientes de los riesgos que sus acciones podrían tener, pero aun así continuaron con ellas. En caso de ser hallados culpables, podrían enfrentar penas de hasta 25 años de prisión.