
Redacción
El Abierto de México arrojó como ganador a Brian Campbell, ayudado por la fortuna de un golpe en la corteza de un árbol en el hoyo 18 del domingo, que le evitó el fuera de límites y le permitió batir en el desempate al sudafricano Aldrich Potgieter, al que despachó en el primer hoyo.
Este lance impidió a Potgieter, el bombardero del momento, convertirse a los 20 años y 5 meses en el sexto jugador más joven en ganar un torneo del PGA Tour. Hubiese sido otra muesca en una carrera que ya le ha significado como el más precoz en hacerse con un triunfo en el Korn Ferry Tour, la liga de desarrollo, cuando el año pasado ganó el Bahamas Great Abaco Classic.
Pero, además, el Vidanta Vallarta, también asistió a un domingo genial de Josele Ballester, el español que jugó los cuatro días bajo par y que unió a los tres 69, un 65 (-6) que lo remató con un eagle en su hoyo 15, un par 5, después de embocar un putt de algo más de 4 metros. Ese acierto le permitió alcanzar el decimoséptimo puesto, que es la mejor actuación de un golfista amateur español en el PGA Tour fuera del universo Jon Rahm, que fue quinto en 2015 en el Abierto de Phoenix y décimo en Mayakoba.
Ballester, cuya siguiente parada entre los profesionales será el Masters de Augusta, torneo al que accedió tras ganar el US Amateur, y donde si se mantiene la tradición será emparejado con Scottie Scheffler, ha saltado en el ránking mundial del puesto 4.544 al 1.165, y tiene también como reto intentar liderar la clasificación universitaria que auspicia el PGA Tour y a cuyo ganador se le concede una tarjeta del gran circuito. Es cuarto, en una lista que lidera David Ford.