
Sergio «Checo» Pérez fue pieza clave en una de las etapas más exitosas de Red Bull Racing. Durante su tiempo con la escudería austriaca, el equipo consolidó el dominio de Max Verstappen, acumulando títulos de pilotos, campeonatos de constructores, múltiples podios y una cantidad significativa de puntos que los colocaron como el rival a vencer en la Fórmula 1.
Sin embargo, el complicado 2024 que Pérez enfrentó al mando del RB20 tuvo un costo elevado. A pesar de contar con un contrato vigente hasta 2026, Red Bull decidió prescindir de sus servicios a partir de la temporada 2025. Así, por primera vez desde 2011, el piloto mexicano no formará parte de la parrilla de la máxima categoría del automovilismo. Su lugar fue ocupado por el neozelandés Liam Lawson, quien asume la responsabilidad de competir junto a Verstappen, tetracampeón del mundo, en su debut como piloto oficial del equipo.
Checo Pérez ha optado por tomarse un descanso del automovilismo. En un evento reciente en la Feria Estatal de León, Guanajuato, declaró que se dará al menos seis meses para evaluar su futuro y considerar posibles oportunidades de regreso a la Fórmula 1. Mientras tanto, ha dedicado tiempo a su familia y participado en eventos públicos. Se le vio en partidos del Club América, incluida la final contra Monterrey, y en un amistoso contra el Inter de Miami, donde convivió brevemente con Lionel Messi junto a su hijo mayor.
A pesar de su salida, Pérez sigue siendo recordado en Red Bull Racing. Durante sus cuatro años con el equipo, no solo destacó como piloto, sino también como una figura valiosa dentro del grupo. Luke Heath, miembro del equipo de tecnología hidráulica que trabajó estrechamente con él, compartió recientemente una foto del recuerdo junto al tapatío, acompañándola con el mensaje: «Buena fotografía de Checo Pérez y yo del año pasado», dejando en claro el aprecio que aún se le tiene en el entorno de Milton Keynes.