Redacción
El Liverpool comenzó su participación en la Liga de Campeones con una dominante victoria de 3-1 sobre el Milan en San Siro, demostrando su superioridad frente a un equipo italiano que mostró poca resistencia. A pesar de un inicio prometedor, los ‘rossoneri’ no lograron mantener el ritmo, y el conjunto inglés, dirigido por Arne Slot, aprovechó cada oportunidad para sellar una remontada que incluso pudo haber sido más abultada.
El Milan, lejos de su mejor versión, apenas resistió los embates del Liverpool. Los locales mostraron debilidades defensivas, escasa creatividad en el mediocampo y falta de contundencia en ataque. Aunque comenzaron el partido con intensidad, generando dos claras ocasiones de gol en los primeros cinco minutos, su ímpetu se desvaneció rápidamente.
Álvaro Morata estuvo cerca de marcar en una de esas oportunidades, pero fue Christian Pulisic quien finalmente puso al Milan en ventaja al minuto 3, tras una gran jugada en la que superó a la defensa y venció al portero Alisson con un remate cruzado. La afición milanista, alentada por la reciente victoria en la Serie A contra el Venecia, esperaba que el equipo mantuviera el impulso. Sin embargo, el Liverpool no se dejó intimidar y comenzó a imponer su juego.
Mohamed Salah fue un constante dolor de cabeza para el Milan por la banda derecha, y aunque falló una clara oportunidad al estrellar un disparo en el larguero, el Liverpool encontró su respuesta en jugadas a balón parado. Con el paso de los minutos, el equipo inglés se hizo cada vez más fuerte y aprovechó las debilidades tácticas del Milan para concretar una victoria clara que dejó en evidencia la brecha entre ambos equipos en la élite del fútbol europeo.