Redacción
Tadej Pogacar volvió a demostrar su dominio en las escaladas al ganar la agotadora 15ª etapa del Tour de Francia en el Día de la Bastilla, con un complicado ascenso en el Plateau de Beille, manteniendo así el maillot amarillo.
La maratónica etapa del Día Nacional de Francia llevó a los ciclistas por un recorrido de 200 kilómetros con cuatro ascensos, culminando en el desafiante Plateau de Beille.
Pogacar atacó a 5 kilómetros de la meta en el último ascenso «más allá de la categoría», consolidando su reputación como un maestro de la montaña.
«Estoy súper contento con mi estado de forma ahora mismo», comentó Pogacar. «Usualmente paso dificultades con el calor, pero hoy el equipo realmente hizo un gran trabajo refrescándome. Fue un día increíble».
Esta es la tercera etapa que Pogacar gana este año en el Tour y la séptima en los Pirineos.
«De alguna forma me gustan (los Pirineos) y yo a ellos», añadió Pogacar. «Mantengámoslo así».
La etapa comenzó con una cima casi inmediata en el Col de Peyresourde, fracturando al pelotón. Un grupo de avanzada, que incluyó al ecuatoriano Richard Carapaz, Larens De Plus y Enric Mas, marcó un duro ritmo en la carrera, pero fueron superados en el momento perfecto.
La temperatura alcanzó los 35 grados centígrados en el último ascenso. El campeón defensor Jonas Vingegaard, con ayuda de su compañero de Visma Matteo Jorgenson, intentó responder, pero no pudo sostener el ritmo de Pogacar y terminó casi un minuto detrás. Vingegaard quedó a 3 minutos y 9 segundos del esloveno.
Remco Evenepoel, otro contendiente al título, también tuvo dificultades para mantener el ritmo y ocupa el tercer lugar en la clasificación general, a 5 minutos y 19 segundos de Pogacar.
«Este año Tadej es de otro planeta», dijo Evenepoel tras la carrera. «Ahora mismo es el mejor del mundo. Absolutamente no hay duda de eso».