Redacción
Tommy Gilbey es uno de los miles de corredores que disputaron el pasado domingo el maratón de Londres, pero su historia ha trascendido por un reto solidario que ha traspasado fronteras. El corredor bitánico, viticultor, decidió afrontar los 42,195 kilómetros -equivalente a 26,2 millas- con una cata generalizada de vinos.
Así, Gilbey se fue parando a cada milla para catar 25 vinos diferentes durante el recorrido, en los que debía averiguar la variedad de uva, el país de origen y la cosecha. Obviamente a medida que avanzaba el recorrido, el reto se complicaba, aunque Gilbey, al que han bautizado como ‘el chico del vino’, no protagonizó una bajada de ritmo notable en los últimos kilómetros.
El británico acabó el maratón en 4.41:12, pero su gran premio fue lo conseguido en el reto solidario. Su objetivo era recaudar 2.000 libras para la organización benéfica de cuidados paliativos Sobell House en Oxford, que cuidó a su madre en sus últimos días de vida. Sin embargo, su recaudación de fondos superó las 13.000 libras.
En la cata acertó siete vinos, se equivocó en los datos de otros cuatro y tuvo algún acierto parcial en los 14 restantes. Gilbey aseguró que había evitado acabar ebrio bebiendo sólo pequeños sorbos de vino o escupiéndolo después de probarlo.
Es mi primera experiencia en esto y ha sido una locura, me siento muy honrado», dijo. «Es simplemente increíble y genial porque de eso se trata. Es para una gran organización benéfica y es uno de los muchos hospicios que simplemente se esfuerzan para marcar grandes diferencias».