Redacción
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Los gimnasta rusos renuncian definitivamente a participar en los Juegos Olímpicos de París 2024. Era algo que daba prácticamente por seguro dada su ausencia en las pruebas de la Copa del Mundo de artística masculina y femenina que se vienen disputando desde febrero y que clasifican para los Juegos a los dos primeros en cada aparato.
Rusia ya perdió la ocasión de competir por equipos en París al estar vetada por la Federación Internacional de Gimnasia durante los Mundiales 2022 y 2023, que eran clasificatorios. Rusia ganó las finales por equipos, tanto masculina como femenina, en Tokio 2020. La FIG levantó la prohibición en enero de este año para dar una última oportunidad a los gimnastas de este país, tanto en la Copa del Mundo como en los próximos Campeonatos de Europa.
Pero estos deportistas no han hecho ningún gesto de aceptación de las condiciones que estableció el Comité Olímpico Internacional para permitir la participación de los deportistas rusos en París: hacerlo bajo bandera neutral, no tener relación con el ejército ni fuerzas de seguridad y no haber apoyado publicamente la invasión de Ucrania.
Muy al contrario, la mayoría pertenecen al club del Ejército, el CSKA y los gimnastas de la selección masculina se han significado alineándose con el régimen de Putin en su agresión a Ucrania. Nikita Nagornyi es la cabeza visible de una organización juvenil del Ejército y tanto él como los otros miembros del equipo campeón olímpico, Artur Dalaloyan, David Beliavskyi y Denis Abliazin, donaron un dron con fines bélicos.
Además, su federación no iba a facilitarles la labor. Su presidente, Vasily Titov, manifestó hace meses que quien pretendiera competir en París debería tomar la decisión por sí mismo y financiarse su preparación. En un sistema centralizado, donde los ingresos de los deportitas dependen de organismos estatales y el paso por el centro de entrenamiento de Lago Redondo, próximo a Moscú, es un requisito para formar parte de la selección, ningún gimnasta se arriesgaría a salirse del rebaño.
Todo esto es extensivo a la gimnasia rítmica, otra modalidad dominada por Rusia. Su federación la preside Irina Viner, muy próxima a Putin por su matrimonio con el magnate Alisher Usmánov, de quien supuestamente se divorció cuando se congelaron los activos de éste en Occidente. Viner no iba a permitir a sus gimnastas competir como neutrales bajo ningún concepto. Ello estaría detrás de la reciente retirada de las gemelas Dina y Arina Averina, dominadoras durante el ciclo olímpico previo a Tokio 2020.
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