
Redacción
La prensa de la Fórmula 1 y otros equipos de la parrilla sugieren que Red Bull está sumido en conflictos internos. Esto se comenta tras su reciente doblete en Bahréin, que augura un año exitoso en lo deportivo pero turbulento en su sede en Milton Keynes, Austria, y en Tailandia, donde se encuentra la propiedad de la compañía.
Una investigación interna sobre ‘comportamiento inadecuado’, que involucró al director del equipo, Christian Horner, y que concluyó recientemente con su exoneración total, ha desencadenado una posible ruptura interna con graves repercusiones. Los abogados de Horner alegaron que se trató de una maniobra para desacreditarlo por luchas de poder.
Poco después de la sentencia, se filtró a la prensa un supuesto material comprometedor que pretendía incriminar a Horner. Este incluía más de 70 documentos y varias fotos destinados a probar un presunto ‘affair’ sentimental con una empleada a su cargo, a pesar de estar casado con la ex Spice Girl, Geri Halliwell.
La mayoría de los profesionales que tuvieron acceso a estos documentos opinan que todo parece ser parte de un complot para desacreditar a Horner o forzar su dimisión. A pesar de esto, Horner ha aparecido públicamente junto a su esposa y ha recibido el respaldo del propietario de la compañía, Chalerm Yoovidhya.
Jos Verstappen, padre del piloto Max Verstappen, también ha expresado su descontento con la situación y ha insinuado que Horner debería renunciar. Estas tensiones podrían afectar el rendimiento del equipo en la temporada actual y en el futuro cercano.